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La
calculadora algebraica como herramienta pedagógica para enseñar matemáticas*
1. Introducción
1.1 La calculadora
algebraica
Las calculadoras algebraicas son calculadoras
gráficas que ofrecen funcionalidades que estaban hasta ahora disponibles
solamente en las computadoras. Estas calculadoras pueden simplificar
expresiones, derivar, integrar y graficar funciones, resolver ecuaciones,
manipular matrices, etc. En pocas palabras: pueden hacer la mayoría de lo que
enseñamos en matemáticas en las escuelas y universidades.
Hay actualmente dos calculadoras algebraicas en el
mercado:
|
|
|
|
Tales calculadoras pronto serán la herramienta
estándar en la enseñanza de las matemáticas, como lo es la calculadora
científica o gráfica hoy en día. En este artículo discuto detalladamente cómo
es probable que esta tecnología afecte la enseñanza de las matemáticas. Como
introducción, consideraré el papel de la tecnología en general.
1.2 La tecnología
La palabra “tecnología”
proviene de la palabra griega technikos que significa “artístico,
experto, profesional”. En la forma de computadora, la tecnología se incorpora a
más y más áreas de la vida. En esta secuela distingo dos áreas y explico la
importancia y la significación de la tecnología en ellas. Las dos áreas son matemáticas
(intelectual) y transporte / movimiento (física). Esta comparación fue
estimulada por Frank Demana.
El método más elemental
de transportarse es caminando. El caminar es un logro físico obtenido
simplemente con energía muscular. La actividad correspondiente en matemáticas
es el cálculo mental (aritmética mental y álgebra mental.) El cálculo
mental no requiere nada más que "el poder del cerebro".
Montar una bicicleta es otro método de transporte, en el que empleamos un dispositivo
mecánico para hacer un uso más eficaz de nuestra energía muscular. Comparado
con el caminar, podemos movernos mayores
distancias o hacerlo más rápidamente. La actividad correspondiente en
matemáticas es el cálculo de papel y lápiz. Utilizamos el papel y el
lápiz como una "memoria externa" que permite que utilicemos nuestro
poder cerebral más eficientemente.
Otro método de
transporte es conducir un automóvil. El automóvil es un dispositivo
complejo que produce movimiento. El conductor no necesita (casi) ninguna
energía muscular para conducir, pero sí de nuevas habilidades. Debe poder
encender el motor, acelerar, dirigir, frenar, apegarse a las regulaciones de
tráfico, etc. La actividad correspondiente en matemáticas es el cálculo con
la computadora / calculadora. La calculadora o la computadora producen el
resultado, mientras que su usuario necesita saber operarlas.
¿Cuál método de transporte es pertinente en una situación
dada? Si pedimos a un colega que nos traiga un periódico desde un kiosco de revistas
distante
Uno podría objetar que
“muchos estudiantes utilizarán una calculadora para obtener el producto de 7
y
La analogía no se acaba
todavía. ¿Y si el colega a quien le pedimos traer el periódico desde un kiosco
ubicado a
Como demostraremos más adelante con más ejemplos, las calculadoras y las computadoras pueden ser excelentes herramientas matemáticas de compensación que permiten que los estudiantes menos dotados puedan abordar tópicos avanzados. Es evidente que la meta final en la enseñanza de las matemáticas consiste en eliminar todas las deficiencias en aquellas habilidades que son consideradas como esenciales. Una persona físicamente discapacitada no necesariamente tiene que estar atada a una silla de ruedas por el resto de su vida. Un médico se esforzará por reparar una inhabilidad física de su paciente tanto como sea posible, con una terapia individual. De manera semejante, un profesor debe esforzarse en reparar una discapacidad intelectual / matemática de sus estudiantes con una terapia apropiada, individual. En ambos casos, facilitaremos la “vida cotidiana con la discapacidad” del paciente, es decir, el tiempo fuera de la terapia, proporcionando una herramienta de compensación apropiada (silla de ruedas, calculadora).
Lo que sigue es un resumen de la analogía que hemos discutido.
Movimiento / Transporte |
Matemáticas |
físico |
intelectual |
|
|
caminar |
cálculo
mental |
andar
en bicicleta |
cálculo
con papel y lápiz |
conducir
un automóvil |
cálculo
con computadora / calculadora (automatización) |
usar
una silla de ruedas |
cálculo
con computadora / calculadora (compensación) |
2. Enseñando con
tecnología
De acuerdo con lo que explicamos en la sección anterior, distinguimos dos aplicaciones elementales de las calculadoras o computadoras en la enseñanza: automatización y compensación. Basándonos en estos dos tipos de usos, demostramos cómo uno puede utilizar las calculadoras y computadoras como valiosas herramientas de enseñanza, examinando cuatro asuntos que pienso son especialmente importantes en la enseñanza de las matemáticas: trivialización, experimentación, visualización, y concentración.
2.1 Trivialización
El automóvil ensanchó nuestros “horizontes de transporte”, trivializando el movimiento hasta ciertas distancias. Semejantemente, la calculadora ensanchó nuestros “horizontes de cálculo”.
¿Recuerda usted los “viejos tiempos” antes de las calculadoras científicas? Las preguntas del examen o las tareas tenían que ser elegidas muy cuidadosamente, de modo que todos los resultados intermedios y finales fueran “agradables”. Un resultado “agradable” era un número entero, una fracción simple, o un radical simple que, más adelante en el cálculo, desaparecería con frecuencia. Esto era importante, ya que de otro modo los estudiantes habrían tenido que utilizar la mayoría de su tiempo realizando operaciones aritméticas. Con una calculadora científica uno puede multiplicar dos números de siete dígitos tan rápidamente como lo hace con dos números de un dígito. La calculadora científica trivializa la ejecución de operaciones aritméticas.
Trazar la gráfica de
una función lineal (por ejemplo, ) es simple una vez que usted conoce el significado
geométrico de los dos coeficientes. Una pizca de talento y una regla son
suficientes para producir una gráfica apropiada. El trazado de la gráfica de
una función como
es mucho más difícil y
la producción de una gráfica apropiada requiere de una dosis razonable de
talento para dibujar. Con una calculadora gráfica uno puede graficar ambas
funciones empleando la misma cantidad de tiempo y talento. La calculadora
gráfica trivializa la producción de gráficas.
Calcular la primera
derivada de es simple una vez que
usted conoce la regla de derivación para las potencias. Sin embargo, calcular
la primera derivada de
es mucho trabajo,
incluso para un buen matemático. La calculadora algebraica puede manejar ambos
ejemplos en segundos. La calculadora algebraica trivializa los cómputos
(simbólicos) algebraicos. Un artículo básico sobre la trivialización del
cómputo algebraico en la enseñanza de las matemáticas es el de Buchberger (1989), donde se introduce el
principio de Caja Blanca/Caja Negra.
El automóvil (es decir,
la trivialización del movimiento y del transporte) hizo fácilmente manejable
una distancia como la de Los Ángeles a San Diego. En otras palabras, algunos
problemas de transporte y movimiento que eran considerados difíciles en épocas
anteriores, hoy en día constituyen una tarea rutinaria con los automóviles.
Semejantemente, la presencia de calculadoras y computadoras en la enseñanza (es
decir, la trivialización de la aritmética, las gráficas y el álgebra) implica
que podemos abordar
§
problemas (más) complejos, y
§
problemas (más) realistas.
2.2 Experimentación
¿Cómo hemos descubierto
todo el conocimiento matemático que poseemos hoy, y cómo encontramos más
conocimiento matemático? Según una de las teorías de orientación
epistemológica, uno puede visualizar los pasos principales de estos descubrimientos
como sigue: La aplicación de algoritmos conocidos produce ejemplos. A
partir de los ejemplos observamos las propiedades, que se expresan como conjeturas.
Probar una conjetura genera un teorema, es decir, conocimiento
garantizado. El conocimiento algorítmicamente útil de los teoremas se pone en ejecución
en un nuevo algoritmo. Entonces el algoritmo se aplica a nuevos
datos, generando nuevos ejemplos, que conducen a nuevas observaciones...
Este esquema en espiral que muestra la trayectoria
del descubrimiento del conocimiento (matemático) fue propuesto por Bruno
Buchberger. Una descripción detallada de la espiral de la creatividad de
Buchberger y referencias a otros modelos relacionados se puede encontrar en
el libro (en lengua alemana) altamente recomendado de Heugl, Klinger y Lechner
(1996).
En esta espiral
encontramos tres fases. Durante la fase de experimentación uno aplica
algoritmos conocidos para generar ejemplos, después obtiene conjeturas a través
de la observación. Durante la fase de verificación las conjeturas se
convierten en teoremas mediante el método de la demostración, y entonces el
conocimiento algorítmico útil se pone en ejecución en forma de algoritmos. Durante la fase de uso uno
aplica algoritmos a datos verdaderos o ficticios. Típicamente, la resolución de
problemas reales responde al propósito de dominar o de facilitar la vida,
mientras que la resolución de problemas ficticios responde a un propósito de
entretenimiento / diversión (rompecabezas mentales), o al de encontrar nuevo conocimiento (es decir, a
la satisfacción de la curiosidad científica).
Las matemáticas tienen ya cerca de 5 000 años de
antigüedad. En sus primeros 2 500 años fueron una ciencia experimental y
pertenecieron al legado cultural de los egipcios y de otras civilizaciones
antiguas. Usando las nociones antedichas, tales matemáticas consistieron
solamente de las fases de experimentación y aplicación. Cerca de
Gradualmente, el bourbakismo se incrustó en la enseñanza y el aprendizaje. Ha llegado a ser costumbre enseñar matemáticas presentando deductivamente el conocimiento matemático, y luego pidiendo a los estudiantes que lo aprendan y lo usen / apliquen en la resolución de problemas de tarea y en los exámenes. Es como si uno tuviera que aprender a caminar (o a montar en bicicleta, o a bailar...) por medio de estudiar, entender, y después aplicar las descripciones científicas de los movimientos de los músculos requeridos para caminar (o para montar en bicicleta, o para bailar...) en vez de aprender por ensayo y error (es decir, por experimentación), como se hace naturalmente. La mayoría de las teorías sicológicas del aprendizaje de hoy consideran al aprendizaje como un proceso inductivo en el cual la experimentación desempeña un papel importante. Esta es la razón por la cual Freudenthal exigía que no enseñáramos a los estudiantes algo que ellos podrían descubrir por sí mismos (véase Freudenthal, 1979).
Difícilmente cualquier matemático en este planeta podría llevar a cabo la investigación matemática a la manera que exigimos que nuestros estudiantes la hagan. Un estudiante tiene que construir “localmente” su “casa individual de las matemáticas”. Un científico hace justamente lo mismo a escala “global”, es decir, a una escala mucho mayor. Tanto para el científico como para el estudiante una parte substancial de la adquisición del conocimiento sucede durante la fase de experimentación. Desde este punto de vista, llega a ser comprensible por qué tantos estudiantes están en imposibilidad de comprender las matemáticas, y uno exigiría que la experimentación obtuviera su debida posición dentro de la enseñanza de las matemáticas. ¡La fase de experimentación debe complementar los métodos de enseñanza tradicionales, no substituirlos! No abogamos por la vuelta a las matemáticas experimentales egipcias. Simplemente, la enseñanza de las matemáticas debe pasar por las tres fases de la espiral antedicha.
Sin embargo, es comprensible que, en el marco de los currícula actuales, a duras penas haya en ellos alguna experimentación en el sentido de la espiral de la creatividad de Buchberger. Esta clase de experimentación, realizada con papel y el lápiz, consume demasiado tiempo y es proclive al error. Dentro del tiempo disponible en la escuela, los estudiantes podrían producir solamente un número muy pequeño de ejemplos con el fin de observar y descubrir, y un porcentaje elevado de estos ejemplos podría ser fallido debido a los errores de cálculo. ¡No hay nada que usted pueda observar a partir de unos pocos ejemplos, en parte incorrectos! A partir de ahora, las calculadoras algebraicas permiten a los estudiantes experimentar dentro de casi todos los tópicos tratados en la enseñanza de las matemáticas. No hay límite al número de ejemplos que el estudiante puede examinar, y el ayudante electrónico garantiza la pertinencia de los resultados. Hablando de ayudantes: los documentos históricos indican que algunos de los grandes matemáticos, como Carl Friedrich Gauss, emplearon equipos de “calculadoras humanas”, sin los cuales no habrían hecho la mayoría de sus famosos descubrimientos.
El gran genio Johann
Wolfgang Goethe clamó por “aprender haciendo y observando”. Usando las
calculadoras algebraicas podemos ahora realizar el sueño de Goethe.
2.3 Visualización
La visualización
significa la ilustración de un objeto, de un hecho o de un proceso. El
resultado puede ser gráfico, numérico o algebraico. Hoy, el término se utiliza
sobre todo para las ilustraciones gráficas de objetos o de hechos algebraicos o
numéricos (el término se utiliza tanto para el proceso de ilustración, como
para el resultado del proceso de ilustración). La visualización como técnica de
enseñanza de las matemáticas ha llegado a ser importante sobre todo en los
países en donde las calculadoras gráficas se utilizan extensamente. Hoy se le
usa principalmente para desarrollar la capacidad de alternar entre diferentes
representaciones, sobre todo con el fin de estudiar la correspondencia entre
las representaciones algebraicas y gráficas. Un ejemplo típico consiste en estudiar
cómo el parámetro afecta la forma de la
gráfica de la función
.
Frank Demana y Bert Waits son los abogados líderes de un estilo de enseñanza conocido como “el poder de la visualización” (véase Demana y Waits 1990, 1992, 1994).
En la sicología del
aprendizaje, los científicos descubrieron el concepto de refuerzo y
mostraron que los efectos del refuerzo son mejores si éste sigue a la acción
inmediatamente. Un ejemplo tomado de la vida diaria es el de un niño que pone
su mano sobre una estufa caliente. El dolor inmediato es el mejor requisito
previo para que el niño aprenda que no debe hacer esto más. Si el dolor fuera
experimentado varios minutos después, el niño probablemente no lo asociaría (durante
un largo período) con el contacto con la estufa caliente, y probablemente no
aprendería de ello.
Al usar una calculadora
como herramienta para la visualización, la retroalimentación inmediata es de
importancia central. Si usted introduce en su calculadora, por ejemplo, x^2, y
después presiona la tecla apropiada, la gráfica correspondiente aparece unas
fracciones de segundo después. El cuadro resultante se puede discutir, la
gráfica se puede asociar con la expresión, etc. Considere a un estudiante menos
dotado y compare el resultado de su
aprendizaje cuando el estudiante tiene que dibujar la gráfica
manualmente y cuando se le permite utilizar una calculadora: una gráfica
manualmente producida tomaría demasiado tiempo y probablemente tendría solamente
una vaga semejanza con la gráfica apropiada. (¿Qué es lo que puede usted
observar a partir de ejemplos incorrectos?) Solamente con ayuda de la
calculadora este estudiante tiene una oportunidad real de asimilar la
correspondencia entre la expresión algebraica y la gráfica (¡apropiada!).
Ciertamente, producir gráficas con papel y lápiz continúa siendo una actividad
valiosa que es importante para entender la correspondencia entre las
representaciones algebraicas y las gráficas. Sin embargo, la inmediatez y la
corrección son también factores sicológicos cruciales, de manera que proveer a
los estudiantes menos dotados con una herramienta apropiada (tal como una
calculadora gráfica) es un deber pedagógico.
El hecho de que el
profesor utilice o no una herramienta para apoyar una actividad y el cómo lo
haga dependen de las metas pedagógicas relacionadas con la actividad. Helmut
Heugl afirmó una vez que “si no es pedagógicamente necesario utilizar una
calculadora algebraica, entonces es pedagógicamente necesario no utilizar la
calculadora algebraica”. Esto significa, en particular, que el profesor
resulta más y más importante en una
enseñanza de las matemáticas apoyada por tecnología, y que por lo tanto crece
la importancia del entrenamiento de los profesores en servicio y de los futuros
profesores.
2.4 Concentración
Podemos comparar la enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas con la construcción de una casa, la “casa de las matemáticas”. Los tópicos que enseñamos y las dependencias entre ellos son comparables a los pisos de una casa. Antes de que uno pueda construir el segundo piso tiene que terminar el primero. De manera semejante, el tratamiento de casi cualquier tópico matemático requiere del dominio de los anteriores. Mostraremos esta idea usando el tópico “solución de una ecuación lineal de una incógnita”.
Consideremos la
ecuación . Uno tiene que transformar esta ecuación a la forma
... . Esto se logra eligiendo y aplicando una secuencia
apropiada de transformaciones equivalentes. Típicamente, se aconseja al
estudiante “llevar los términos en
a uno de los lados de
la ecuación” y “llevar el resto de los términos al otro lado”. Por lo tanto,
comenzamos por sustraer
:
Después de elegir
esta transformación equivalente, la aplicamos a ambos lados de la
ecuación, es decir, tenemos que
simplificar:
Ahora tenemos que
elegir otra transformación equivalente, a saber,
Y simplificamos otra vez:
Estamos interesados en
la práctica de la enseñanza de las matemáticas. En particular, deseamos
saber por qué los estudiantes cometen qué errores. Un error típico comienza con
el siguiente argumento: “Hay un 3 antes de la variable . Para conseguir librarme del 3 necesito restar
creyendo que la ecuación ha sido resuelta.
¿Qué es lo que anda mal y cómo puede la tecnología ayudar a hacerlo mejor? Un análisis de los pasos realizados arriba revela dos tareas que se alternan: (1) la elección de una transformación equivalente y (2) la simplificación de expresiones algebraicas. Aquí, la elección de una transformación equivalente es una tarea de más alto nivel, por cuanto constituye la esencia de la estrategia para encontrar la solución de una ecuación. Es la nueva habilidad que el estudiante tiene que desarrollar al aprender a resolver ecuaciones. La simplificación de expresiones es una tarea de nivel inferior, para la cual el profesor tiene que asumir que el estudiante ha sido suficientemente bien entrenado.
Escoger una transformación de equivalencia
Simplificar
Este cuadro demuestra
que un estudiante, mientras está intentando aprender una nueva habilidad, tiene
que interrumpir en varias ocasiones el proceso de aprendizaje para realizar un
cálculo. Esto es lo mismo que si uno fuera interrumpido en varias ocasiones
durante una partida difícil de ajedrez. De hecho, es incluso peor, porque la
interrupción puede influir en el “juego”: una equivocación cometida durante la
interrupción, es decir, durante la tarea de nivel inferior, perturba seriamente
la tarea de alto nivel y puede evitar que el estudiante aprenda. Esto es
exactamente lo que ha conducido a la solución incorrecta en el ejemplo
antedicho. Después de decidir restar 3, el estudiante debe concentrarse
completamente en efectuar la resta en ambos lados de la ecuación, “olvidándose”
mientras tanto de la razón para elegir esta transformación equivalente. Pero,
en realidad, el estudiante comienza la línea siguiente con "
" simplemente “porque la transformación
fue elegida para
generar “
” en el lado izquierdo de la ecuación”. En el nivel más
alto de la tarea, el estudiante tiene la impresión (incorrecta) de que
simplificó la ecuación
según lo deseado.
Este cambio continuo de niveles ocurre inevitablemente en casi todos los tópicos en las matemáticas escolares. Parece ser que uno de los problemas centrales en la enseñanza de las matemáticas consiste en que los estudiantes tienen que desarrollar una nueva habilidad mientras que todavía continúan practicando una "vieja" habilidad. Usando una calculadora algebraica el proceso de aprendizaje se podría conducir como sigue. Primero introducimos la ecuación.
¸
Luego sigue la introducción de la transformación equivalente (la calculadora aplica automáticamente el operador de substracción a la expresión previa, es decir, a la ecuación como su primer argumento):
¸
La simplificación, es decir, la aplicación de la transformación de equivalencia a ambos lados de la ecuación, fue realizada por la calculadora. Entonces el estudiante elige la transformación de equivalencia siguiente:
¸
Imitemos al estudiante que ha incurrido en la equivocación arriba discutida:
¸
Es evidente que la calculadora
simplifica correctamente, por lo tanto, el estudiante recibe una
retroalimentación inmediata que le indica que la transformación no era acertada (es
decir, no simplificó la ecuación a la
forma “
”).
Aquí encontramos otra
vez dos argumentos que ya discutimos anteriormente: (1) el estudiante experimenta
con posibles transformaciones equivalentes, por lo tanto hay una fase
experimental en el aprendizaje, y (2) la inmediatez del resultado de aplicar
la transformación concuerda con lo que discutimos en la sección sobre
visualización.
Un estudiante que desarrolle el ejercicio presentado arriba apoyado en una calculadora algebraica puede concentrarse completamente en la habilidad (de más alto nivel) de elegir una transformación de equivalencia. La habilidad de nivel inferior de realizar la simplificación es ejecutada (por lo menos en ese momento) por la calculadora.
En Kutzler (1998a) doy instrucciones detalladas de cómo utilizar una TI-92 (o TI-89) para enseñar / aprender la resolución de ecuaciones lineales. El acercamiento algebraico antedicho se discute en detalle, así como los acercamientos numérico y gráfico.
3. El método del andamio
En la subsección anterior sobre la concentración comparamos la enseñanza de las matemáticas con la construcción de una casa. En el lenguaje de esta metáfora, el problema antedicho de la enseñanza de las matemáticas se traduce al problema de construir un nuevo piso encima de un piso incompleto. Por ejemplo, tan pronto como comenzamos a construir el piso de “elegir una transformación de equivalencia”, el piso de la “simplificación” sigue estando incompleto para muchos de nuestros estudiantes. En la enseñanza de las matemáticas en la escuela simplemente no tenemos tiempo suficiente para esperar hasta que todos los estudiantes hayan terminado todos los pisos inferiores. El plan de estudios obliga al profesor a continuar con el tópico siguiente, independientemente del progreso individual de los estudiantes. Así pues, es obligado preguntarse cómo un estudiante puede construir un piso nuevo encima de uno incompleto.
El ejemplo antedicho demuestra cómo sugiero contestar esta pregunta: mientras que el estudiante desarrolla una habilidad de un nivel más alto, la calculadora resuelve todos los subproblemas que requieran de las habilidades de nivel inferior. Usando el lenguaje de la metáfora, la calculadora es como un andamio sobre el piso incompleto.
Usando el ejemplo de resolver una ecuación lineal, mostramos el uso de una calculadora algebraica como un andamio colocado sobre el piso de la simplificación. En esta secuencia, aplicaremos el método del andamio a otro ejemplo, a saber, la resolución de un sistema de ecuaciones lineales mediante la eliminación gaussiana.
Usaremos el
sistema ,
. Primeramente, el estudiante introduce las ecuaciones:
¸
¸
La eliminación gaussiana requiere elegir una combinación lineal de las dos ecuaciones, tal que una variable sea eliminada. Esto es lo que necesita ser aprendido. Todo lo demás (simplificación, substitución, resolver una ecuación de una incógnita) son requisitos previos, en los cuales el profesor confía que los estudiantes estén bien entrenados.
Intentemos eliminar sumando cuatro veces
la primera ecuación y tres veces la segunda ecuación. (Tanto en
4*(primera
ecuación)+3*(segunda ecuación) ¸
Voila. La variable desapareció como se
requería. ¿Cuál es la práctica de la enseñanza de este tópico en la escuela?
Algunos estudiantes eligen la combinación lineal correcta pero, debido a un
error de cálculo, la variable no desaparece. Otros estudiantes eligen una
combinación lineal incorrecta pero, otra vez debido a un error de cálculo, la
variable desaparece (porque “debe” desaparecer.) Para ambos grupos de
estudiantes, sus deficiencias en la simplificación algebraica constituyen una
piedra de tropiezo hacia el éxito en aprender la técnica básica de la eliminación
gaussiana. Son justamente esos estudiantes
quienes se retrasan más y más conforme “más alto” escalan en la casa de
las matemáticas.
En el ejercicio anterior, la calculadora algebraica es un andamio que compensa cualquier deficiencia de los estudiantes en las habilidades del más bajo nivel, y por lo tanto les ayuda a evitar errores. En el caso de que la meta final de la enseñanza sea hacer que los estudiantes puedan resolver sistemas de ecuaciones (o realizar cualquier otra habilidad B) manualmente (debido a que, por ejemplo, los estudiantes son sometidos a un examen departamental o estatal hacia el final del año escolar), se recomienda realizar los tres pasos siguientes. El primer paso consiste en enseñar y practicar la habilidad A. El segundo paso consiste en enseñar y practicar la habilidad B, mientras que se usa la calculadora algebraica para resolver todos aquellos subproblemas que requieran de la habilidad A (es decir, que el estudiante puede concentrarse completamente en la habilidad B que está aprendiendo). El tercer paso es combinar las habilidades A y B sin ayuda de la tecnología.
Éste es uno de los muchos métodos concebibles de usar las calculadoras y las computadoras algebraicas como herramientas pedagógicas.
El uso temporal de la tecnología puede ayudar a descomponer el proceso de aprendizaje en pedazos “digeribles” más pequeños, más fáciles. Para los estudiantes menos dotados, que no podrían tragar los “pedazos grandes” que les hemos ofrecido hasta ahora, esta podría ser la única manera de llegar a dominar estos pasos en el aprendizaje. Ellos encuentran más fácil mantener la ruta sin perder de vista los pasos o quedar perdidos (o enredados) en detalles tales como la simplificación. Al comparar la enseñanza de las matemáticas con la construcción de una casa, el uso de la tecnología se compara con el uso de un andamio.
El método del
andamio es cualquier secuencia pedagógicamente justificada que decida usar
o no usar la tecnología para la trivialización, la experimentación, la visualización
o la concentración, tanto en el sentido de la automatización como de la
compensación.
El uso que aquí se ha presentado de la tecnología
como herramienta pedagógica es totalmente independiente de si se le puede o no
utilizar durante un examen. El método del andamio tiene como objetivo apoyar el
proceso de aprendizaje, es decir, que puede ayudar a alcanzar las metas
(tradicionales) de la enseñanza. Aquí, la tecnología es solamente un
instrumento para el entrenamiento. Así como un entrenador casero puede
ayudarnos a adquirir habilidades físicas, una calculadora algebraica puede
ayudarnos a adquirir habilidades intelectuales / matemáticas. Por lo tanto, la
tecnología se debe introducir como herramienta pedagógica, independientemente
de cualquier cambio al plan de estudios o al esquema de evaluación. Las
calculadoras algebraicas pueden ayudar en todos los niveles de las matemáticas
en la educación secundaria.
En Kutzler (1998b) describo cómo uno puede utilizar una TI-92 (o una TI-89) para tratar el tópico “resolución de sistemas de ecuaciones lineales” en la escuela. Además de dar otros detalles sobre el enfoque antedicho, el folleto también describe los métodos numéricos y gráficos, así como el método de substitución.
4. Metas de la enseñanza de las matemáticas
Creo que las dos metas
centrales en la enseñanza de las matemáticas deben ser entrenar a los
estudiantes en dos disciplinas: deportes intelectuales y resolución
de problemas.
4.1 Deportes intelectuales
Dada la existencia de
las calculadoras algebraicas, Bruno Buchberger planteó la pregunta “¿Por qué
deberían los estudiantes aprender las reglas de integración?” (Buchberger,
1989), y Wilfried Herget preguntó: “¿Qué tanta simplificación necesitamos?”
; vea la nota al pie de la página 8 en Hischer (1992). En todas las áreas de la
vida necesitamos preguntarnos qué tan lejos debemos llegar en la
automatización.
Al principio comparamos las matemáticas con el movimiento / transporte. Actualmente, la tecnología del transporte está tan desarrollada que no necesitamos caminar en absoluto en cualquier momento de nuestra vida. Podríamos utilizar las herramientas móviles desde la infancia. Pero no lo hacemos. Sabemos que eso sería devastador para nuestra condición física y nuestra salud: nuestros músculos, puesto que nunca estarían siendo utilizados, degenerarían, y esto afectaría ciertamente al cuerpo entero.
Debido a un incremento masivo de la automatización
durante los últimos años, muchas de nuestras habilidades intelectuales están en
peligro. En el pasado necesitábamos memorizar los números de teléfono; hoy
simplemente utilizamos las teclas de memoria de los teléfonos. En el pasado
tuvimos que memorizar cómo programar la grabadora de video; hoy simplemente
deslizamos un lector de código de barras sobre el programa de
En medicina existen definiciones de lo que físicamente debe poder hacer una persona “sana”. Después de un ataque del corazón, por ejemplo, un paciente debe poder caminar cierta distancia y subir las escaleras hasta cierto nivel antes de que se le considere nuevamente sano. Necesitamos algo similar para nuestras capacidades intelectuales, es decir, una definición de lo que debe poder hacer una persona “intelectualmente sana” en términos, por ejemplo, de memorización o de cálculos mentales.
Por lo que toca a
nuestras capacidades físicas, introdujimos el curso de “Deportes” en la escuela
para luchar contra su deterioro progresivo. Necesitamos tomar medidas similares
con respecto a nuestras capacidades intelectuales, es decir, necesitamos introducir en la escuela el tema de los “deportes intelectuales”. Creo
que ésta debe ser una de las metas de la enseñanza de las matemáticas.
4.1 La resolución de problemas
En matemáticas, considero que la resolución de problemas consiste en la capacidad de utilizar las herramientas matemáticas para resolver problemas técnicos del mundo real. La característica esencial de la resolución de problemas la constituyen los tres pasos mostrados en la gráfica más abajo. El primer paso consiste en elegir un modelo y traducir el problema real al lenguaje del modelo, lo que requiere entender el problema y apropiárselo (un problema de optimización, por ejemplo, debe ser traducido a una función que debe ser optimizada y que describe todas las restricciones entre las variables implicadas). El segundo paso consiste en aplicar los algoritmos disponibles para resolver el problema modelo PM, lo que conduce a una solución modelo SM. El tercer paso, finalmente, consiste en traducir la solución modelo a una solución S del mundo real (a menudo, la gente se refiere a esta retraducción como interpretación).
Sin embargo, todavía necesitamos probar que S es realmente una solución de P. En caso de que no lo sea, entonces todo el proceso (es decir, los tres pasos) debe ser repetido, porque el error o interpretación incorrecta podría estar en cualquier parte: el modelo elegido puede ser inadecuado, la traducción puede ser deficiente, o el cálculo puede ser incorrecto.
Hoy, la resolución de problemas se trata a medias en la escuela. El énfasis principal se pone en el segundo paso, el cálculo, y en su ejecución con papel y lápiz. En consecuencia, la mayoría de los ejercicios de resolución de problemas se tornan en ejercicios para practicar las habilidades de cálculo. Puesto que la traducción difícilmente se enseña de manera explícita, es comprensible que la mayoría de los estudiantes no desarrollen esta capacidad, y que por lo tanto estén temerosos de este tipo de ejercicios. Por consiguiente, la mayoría de los estudiantes creen que tales ejercicios están reservados solamente para los más ingeniosos o inteligentes.
Empleando tecnología
tan extensamente como sea posible, podemos dedicar mucho más tiempo a enseñar a
elegir modelos y a traducir. Una vez que estas habilidades se enseñen
explícitamente, más estudiantes las apreciarán y dominarán.
4.3 El futuro de la enseñanza de las matemáticas
El currículo debe tener
como objetivo el educar a los estudiantes en las disciplinas de los deportes
intelectuales y en la resolución de problemas.
El objetivo de los deportes intelectuales es la aptitud y salud intelectuales, como se ha descrito con detalle anteriormente. Es evidente que la tecnología debe ser solamente una herramienta para el entrenamiento (un “entrenador matemático casero”), y no debe ser utilizada al evaluar y examinar estas capacidades.
El objetivo de la resolución de problemas es desarrollar la capacidad de usar las herramientas dadas para resolver problemas dados. Es evidente que el uso de la tecnología debe ser aquí ampliamente fomentado.
De nuevo esbozaré un paralelo usando la comparación inicial de las matemáticas con el movimiento / transporte. La resolución de problemas se compara con el deseo real de ir de A a B (o de transportar algo de A a B). Solamente importa llegar a B. Es menos importante (quizá mucho menos importante) cómo conseguimos llegar allí. Los deportes intelectuales se comparan con un corredor que trota a lo largo de una pista para ganar condición física y salud. Solamente importa la carrera. Es poco importante dónde está la pista o a dónde conduce. Transferido al campo de la enseñanza de las matemáticas esto significa lo siguiente. Al resolver problemas solamente cuenta el resultado. Es irrelevante cómo fueron realizados los cálculos. En los deportes intelectuales solamente importa la ejecución del cálculo, mientras que el resultado es poco importante.
4.4 Evaluación
Lo dicho anteriormente nos conduce a una regla muy simple para la evaluación. Al evaluar la aptitud intelectual no se permite ninguna herramienta, ni siquiera una simple calculadora de cuatro operaciones. Al evaluar la resolución de problemas se permiten todas las herramientas (mucho mejor: se requieren), en particular las calculadoras gráficas o algebraicas. En caso de que esta partición no sea manejable dentro de un examen, uno debe evaluar las dos disciplinas en momentos diferentes. Resulta obvio esbozar un paralelo con el patinaje sobre hielo: los deportes intelectuales se comparan con los ejercicios obligatorios, en los cuales el atleta demuestra la maestría alcanzada en la ejecución de las técnicas básicas. La resolución de problemas se compara con los ejercicios libres, en los cuales el atleta demuestra su capacidad de combinar las técnicas básicas en una coreografía agradable. El puntaje total depende de los puntajes de las partes obligatoria y libre.
A fin de cuentas, la tecnología debe desempeñar un papel secundario en ambas disciplinas. En los deportes intelectuales la meta es la ejecución con un mínimo de herramientas. En la resolución de problemas la meta es dominar todas las habilidades y capacidades que sean necesarias para resolver problemas, y que no son proporcionadas por ninguna tecnología en particular. Una buena enseñanza de las matemáticas utilizará la calculadora o la computadora como la enseñanza de la lengua utiliza los diccionarios.
William Shakespeare
dijo una vez: “Nada es bueno o malo, solamente el pensamiento lo hace tal”.
Considerando la tecnología para la enseñanza de las matemáticas uno puede
cambiar esta frase por la siguiente: “las calculadoras y las computadoras no
son ni buenas ni malas herramientas de enseñanza, solamente el uso las
convierte en tales”. Al conducir un automóvil, lo más importante es el
conductor; el automóvil es secundario. Semejantemente, cuando se enseña con
tecnología lo más importante es el profesor; la tecnología viene en segundo
lugar. Éste es otro argumento a favor de fortalecer el entrenamiento de los
profesores en servicio y de los futuros profesores.
En Austria en 1991 todas las escuelas generales
(Gymnasien) y técnicas (Höhere Technische Lehranstalten) del nivel medio
superior fueron equipados con el sistema de álgebra simbólica DERIVE. Al mismo
tiempo, se desarrolló un proyecto de investigación que fue conocido como el
Austrian DERIVE Project. El proyecto involucró a 800 estudiantes a quienes les
fueron enseñadas las matemáticas regulares con DERIVE. Los resultados fueron publicados
en el libro en lengua alemana de Heugl,
Klinger y Lechner (1996), y se puede también encontrar la publicación en lengua
inglesa (Aspetsberger y Fuchs, 1996). En
el año académico 1997/98, el mismo equipo desarrolló el Austrian TI-92 Project
con 2 000 estudiantes usando
Las investigaciones austriacas y muchas otras investigaciones mostraron lo siguiente: Si la tecnología se utiliza adecuadamente, ello conduce a
§
una enseñanza y aprendizaje
más eficientes,
§
una actividad del estudiante
más productiva e independiente,
§
más creatividad del
estudiante,
§
una importancia creciente del
profesor.
El profesor tiene el deber de acompañar y conducir a los estudiantes en su viaje, en parte individual, de descubrimiento a través del mundo de las matemáticas. Por lo tanto, la clave del éxito en la enseñanza de las matemáticas es un buen entrenamiento de los profesores. La tecnología por sí misma no cambia la enseñanza, pero es un catalizador para que los profesores cambien sus métodos y enfoquen la enseñanza en conceptos y habilidades, teniendo como objetivo una mejor enseñanza de las matemáticas.
En caso de que usted tenga preguntas o sugerencias, escríbame por favor a b.kutzler@eunet.at. Una colección de información regularmente puesta al día sobre tecnología en la enseñanza de las matemáticas se puede encontrar en www.kutzler.com.
Gracias especiales a Vlasta Kokol-Voljc por su retroalimentación y valiosas sugerencias.
K Aspetsberger, K Fuchs, 1996 (guest
editors): The International DERIVE Journal Vol 3, No. 1. (The whole issue was
dedicated to the Austrian DERIVE project.)
B Buchberger, 1989: Why Should Students
Learn Integration Rules? RISC-Linz Technical Report no. 89-7.0,
F Demana, B Waits, 1990: The Role of
Technology in Teaching Mathematics. In: „The Mathematics Teacher“, National
Council of Teachers of Mathematics, vol. 82, no. 1.
F Demana, B Waits, 1992: A Computer for
All Students. In: „The Mathematics Teacher“, National Council of Teachers
of Mathematics, vol. 84, no. 2.
F Demana, B Waits, 1994: Graphing Calculator
Intensive Calculus: A First Step in Calculus Reform for All Students. In:
„Proc. Of the Preparing for New Calculus Conference“ (ed. A. Solow),
Mathematical Association of
H Freudenthal, 1979: Mathematik als
pädagogische Aufgabe. Klett Studienbücher.
H Heugl,
H Hischer, 1992 (ed): Wieviel
Termumformung braucht der Mensch? Proceedings of the 10th Symposium of the Working Group
„Mathematics Teaching and Computer Science“ of the Austrian/German Society of
Mathematics Education (Gesellschaft für Didaktik der Mathematik e.V.), Sept
25-27, 1992,
B Kutzler, 1995: Improving
Mathematics Teaching with DERIVE. Bromley:Chartwell-Bratt, 185 pages, ISBN
0-86238-422-2 (available in the
B Kutzler, 1996: Introduction
to the TI-92 (Handheld Computer Algebra). Hagenberg:bk teachware, 184
pages, ISBN 3-901769-02-1.
B Kutzler, 1998a: Solving
Linear Equations with the TI-92 (Experimental Learning / Visualization /
Scaffolding Method). Hagenberg:bk teachware, 36 pages, ISBN 3-901769-03-X
B Kutzler, 1998b: Solving
Systems of Equations with the TI-92 (Experimental Learning / Visualization
/Scaffolding Method). Hagenberg:bk teachware, 44 Seiten, ISBN 3-901769-05-6
The last three publications are available in the
* Traducción con fines
educativos: MC José Ramón Jiménez Rodríguez, para el Diplomado de Actualización
para Profesores El uso del sistema de cómputo simbólico Voyage
200™ como
recurso didáctico, Nivel Básico. Septiembre de 2003.
Kutzler B. The Algebraic Calculator as a Pedagogical Tool for Teaching Mathematics.